El Ferrari 458 Italia #4 ha hecho fácil lo difícil. Este es el dominio que se esperaba en 2013 del Aston Martin de Stefan Mücke y Bruno Senna, pero han sido los integrantes de la Scudería Praha los que han dado el do de pecho un año después. Liderar desde la sexta hora hasta el último metro no sólo es mérito de un piloto, sino de todo el equipo.
Eran las seis de la tarde cuando el #4 recuperaba la cabeza de la prueba. Ese primer cuarto de carrera había sido un toma y daca entre ambos Ferrari 458 Italia (el #4 y el #32), el Lamborghini Gallardo #6 -el más chillón de todos, y no precisamente por sus colores- y los SLS de Hofor Racing y Car Collection Motorsport. Los doblados molestaron a todos por igual y el liderato varió consecutivamente a lo largo de esos primeros 600 minutos, hasta que el #4 puso la directa. Kox, Pisarik, Malucelli y Jirik no querían que se les escapase la victoria, y se aprovecharon también de algunos problemas que relegaron a sus perseguidores un par de giros.
Remontadas y golpes
.Mientras por delante Malucelli y compañía mantenían un ritmo constante y sin errores, el grupo se barajaba constantemente. El Lamborghini #6 tuvo problemas y empezó una cabalgada al caer la noche que le llevaría desde más allá de la trigésima posición a una décimo cuarta al final del día de carreras. El hecho de ser de la categoría superior le ayudaba, pero como se pudo ver en 2013, un error te mandaba al muro y quizá al hospital.
Más de sesenta coches consiguieron clasificar y, como es tradicional, los amateurs se unen a los pilotos profesionales en esa lucha contra el cansancio y el esfuerzo físico. Eso añade un plus de peligrosidad al doblar o dejarse doblar. Destacar los incidentes que suelen suceder en la madrugada, y si en 2013 era el gran favorito a la victoria quien se iba al muro, en 2014 eran cuatro los accidentados. Coche de seguridad a pista con el sol a punto de enseñar su cara mañanera y uno de los SLS involucrado.
El otro incidente destacado fue el del Porsche #10, que a las primeras de cambio de fue recto contra las protecciones a final de recta por causas que, según algunas fuentes, apuntarían a un fallo de frenos. De momento el equipo no ha dado ninguna información, pero lo que sí es cierto es que el coche quedó bastante desmejorado, incluyendo hundimiento del parabrisas.
Por su parte, la atención de muchos espectadores recaía sobre Laia Sanz. La piloto de enduro-trial-Dakar se enfrentaba al reto de completar las dos vueltas al reloj con tan sólo un compañero. Fran Gutiérrez sabía que sería complicado terminar la prueba, ya que el coche era el mismo que se usaba en las carreras de la Seat Eurocup, que son al sprint. Al finalizar la sexta hora, ocupaban la vigésimo novena posición. No sabían cuanto iba a cambiar ese aspecto. Gutiérrez ha sido el que ha cruzado la meta en décimo segunda plaza, dejando el listón muy alto al llevarse la victoria en A3T pese a esa falta clara de personal en cuanto a pilotos (es sabido que Monlau Competición es ya un equipo experto en resistencia a este nivel).
Otros destacados fueron los australianos de Marc Cars Australia. Con un Focus V8 se han llevado la victoria en SP2, acallando las críticas que les situaban en el garaje antes de terminar la prueba por ir demasiado al límite. Es cierto que no les han faltado los problemas tardíos, pero la ventaja del #92 ?que ha terminado en el top-10 final- era renta suficiente para llevarse la victoria de categoría.
El resto de españoles, bastante variados sus resultados. Sarandeses y compañía han terminado en décimo sexta plaza, siendo segundos tras el dúo Gutiérrez-Sanz y llevando más de dos horas el Volkswagen #39 sin capó. Otras actuaciones destacadas han sido la de Javier Morcillo, Tom Onslow-Cole, Paul White y James Walker, terminando segundos también en la categoría dedicada a los diesel. En cuanto a Gonzalo de Andrés, tuvo que abandonar rozando la mitad de la prueba.
Y esto ha sido todo en un Le Mans versión pequeña, pero muy acogedora. El público llenó las gradas por la noche, cuando la temperatura descendió, y ver las sonrisas y las exclamaciones de los niños siempre es un punto de alegría. Eso y completar ese número mágico en la resistencia. Esta vez, con dos coches del Cavallino Rampante al frente tras veinticuatro horas de gasolina en vena.
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