Es difícil hacer un repaso de lo ocurrido en Monza, más que nada porque solo pudimos ver 8 vueltas, o lo que es lo mismo, media carrera de las dos que estaban programadas. Ya desde la Superpole, el líquido elemento hizo de las suyas. Pirelli, aconsejó en esta ronda que los equipos utilizasen el compuesto intermedio. Sin embargo, los equipos no hicieron ni caso esta advertencia y tiraron por las de Villadiego y montaron los neumáticos de lluvia, que se deshacían con solo mirarlos.
Esto provocó que Pirelli se tuviera que poner el mono y trabajar durante la noche en unos neumáticos de lluvia con compuesto más duro, para evitar que los tramos secos donde el agua no estaba presente en la pista no fueran desencadenantes de un destrozo bestial en unas gomas que luego sufrían en la parte mojada por la protección de los árboles que rodean la pista.
Ya el domingo, la primera carrera se tuvo que anular por un fuerte diluvio, algo que hasta el momento roza lo normal (no tanto cuando se tiene dos compuestos a elegir). El problema y gran punto de toda esta polémica llega cuando la segunda carrera, donde la pista estaba semi seca ya que los pilotos de SuperSport habían estado compitiendo momentos antes, se retrasa un tiempo prudencial para que en teoría la pista tenga mejores condiciones.
Las malas lenguas
Al retrasarse media hora la salida de la carrera, el efecto deseado se volvió en contra de los organizadores y vieron como a mitad de carrera un nuevo diluvio obligó a parar la carrera una vez más y de manera defintiva, por lo que se pudo disputar solo ocho vueltas de la segunda manga. Una vez más teniendo neumáticos donde elegir esta decisión puede ser polémica, pero más polémica es si cabe la razón por la cual se retraso media hora el inicio.
Las malas lenguas, como reza este pequeño titular, afirman que todas estas decisiones fueron a favor de los pilotos italianos en un campeonato italiano. Max Biaggi, que se quedó parado y fue remolcado por Checa, tuvo tiempo de arreglar su moto sin ningún problema e incluso Melandri pudo retrasar aun más la salida parando voluntariamente su montura.
El lio está servido, esperemos que en Donington Park la cosa se calme y tanto Pirelli, haciendo los mejores neumáticos posibles, como los pilotos, corriendo y batiendo a sus rivales, se dediquen a realizar su tarea.
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