Como ya se está haciendo en MotoGP y como se espera implementar en Superbikes, el objetivo fundamental de esta nueva normativa técnica es la reducción de costes y determinar un precio máximo por moto y sus componentes, que se irá reduciendo progresivamente durante los próximos tres años con el fin de poder atraer tanto a marcas como a equipos privados. El precio de dicha moto y sus componentes se rebajará considerablemente respecto al actual. También se introducirá un número máximo de motores a utilizar por cada piloto durante la temporada. La reducción costes también podría alcanzar a suspensiones, frenos y cajas de cambio.
Aun habiendo comentado estas primeras nociones básicas, lo cierto es que las partes han querido ser discretos con las medidas a tomar y aunque ya han perfilado estas modificaciones en los números de motores para una temporada, precio de las monturas y sus componentes y otros aspectos, de momento no se han movido cifras ni datos y habrá que esperar a próximas fechas para que estos detalles se vayan confirmado poco a poco. Como es lógico tocará esperar el texto definitivo y total de esta reglamentación para saber que más cambios y novedades llegarán a partir del próximo año.
El otro aspecto
En el otro lado de la moneda están los equipos de fábrica y marcas oficiales, que también tendrán que asumir una parte de responsabilidad con el fin de mantener la parrilla del Mundial de Superbikes viva. Los constructores participantes en el Campeonato del Mundo FIM Superbike también han acordado fijar un número mínimo de motos en parrilla con el mismo nivel de preparación, disponibles a través de venta o alquiler por temporada. En breve se publicará completa información sobre el nuevo reglamento técnico.
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