Una de las cosas que hacen tan atractivas a las TCR Series es el Balance de Rendimiento, conocido en inglés por sus siglas BoP (Balance of Performance). Su función no es otra que intentar reducir las diferencias entre coches, evitando así que un chasis supere con creces a los demás y genere un monopolio parecido al de Red Bull en la Fórmula 1 con Sebastian Vettel de piloto, cuando era casi invencible. Esto no tiene otra función que entretener al espectador, cosa que logra pero que por otro lado disgusta, y con razón, a los equipos.
El gran cambio es que únicamente los modelos sujetos a la nueva homologación pasarán por el circuito. Estos que serán puestos a prueba son: Hyundai Veloster N TCR, Lynk & Co 03 TCR, Alfa Romeo Giulietta Veloce TCR, Lada Vesta Sport TCR y Renault Mégane TCR. El día 17 de febrero estarán estos coches en el Circuito Ricardo Tormo de Valencia, España, comparándose con el resto de modelos y sus tiempos de la temporada 2018.Para las demás pruebas sí se revisarán todos los modelos, aunque será fuera de un circuito. Se medirán entre otras cosas la potencia de los motores, el par que ofrecen y la presión del turbo en un banco de potencia de ORAL Engineering, situado en Módena, Italia, y con la visita de estos vehículos en la primera mitad del mes de febrero. El paso por curva y la velocidad de salida se evaluará en el túnel de viento de Pininfarina los días 28 y 29 de febrero.
Cuando se tengan todos los datos se harán públicos y deberían ser puestos en marcha poco antes del mes de abril, cuando empiezan casi todas las temporadas de las competiciones regidas por las TCR Series. Aparte de este ajuste, cada competición podrá completar la equiparación de los coches con un lastre tras cada ronda de los kilos que considere, siendo normalmente 30 kilos, 20 y 10 para los pilotos que más puntos logren en un fin de semana, en algunos casos se utilizan 20, 10 y 5 kg para los más veloces del fin de semana anterior.
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