En los años 20, el circuito de Terramar destacaba por su banking (desnivel) de 90 grados. "Ha sido una sorpresa y de las grandes. No tenía ni idea de que este circuito existía y menos que fue el primero de España. El banking es tremendo, sobre todo mirándolo desde abajo. Reconozco que cuando lo vi por primera vez me sorprendió y tenía mucha curiosidad por saber qué se sentía al conducir en él. Nunca antes lo había hecho en un circuito oval, con un banking así. Ha sido muy especial", comenta Carlos Sainz, uno de los mejores pilotos españoles de la historia.
Sainz vivió esa jornada de contrastes junto a una de las jóvenes promesas españolas del motor del momento, el catalán Miguel Molina, piloto de DTM en el equipo Phoenix (Audi). "Poner un coche actual en un circuito así, castigado por el paso de los años, era todo un desafío. El trazado constantemente nos ha puesto a prueba por su exigencia y sus peraltes, no podías despistarte ni un solo minuto", añade Molina.
Sin cambiar un ápice
El detalle anecdótico de la jornada fue que hasta el momento el récord del circuito todavía lo conservaba Louis Zborowski Miller (1923), con un tiempo de 45,8 s y una velocidad media de 157,2 km/h. Pese al precario estado del firme repleto de agujeros y de hierbas, Carlos Sainz rodó con el Audi R8 LSM a 170 km/h. "No ha sido fácil. Tenía que ir parando en muchos sitios y reducir marchas por los baches, pero ha sido un lujo poder disfrutarlo", añade el bicampeón del mundo de rallies.
"Se inauguró en octubre de 1923. Tardó 360 días en construirse y aquí se celebró el primer Gran Premio de España de F1. En aquella época, nuestro país era un referente en el mundo del automovilismo", comenta Marcel Ricart, propietario del circuito. "Es la misma pista y el mismo suelo que pisaron Nuvolari, Divo y Resta, las grandes firmas del automovilismo en ese momento. Está exactamente como estaba. Es muy divertido, lo más cercano a volar", añadió el director del circuito, Salvador Mora.
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