Ir de noche a las curvas Porsche y que solo de vez en cuando el bramido del Corvette de nuestro campeón Antonio García te saque del cansancio acumulado, cuando duermas en una caravana y que sean cientos de continuos "zumbidos" de motores que no han cesado de sonar entre la oscuridad los que te despierten... pero solo cuando veas ondear una bandera a cuadros esperando ver cruzar al futuro ganador sabiendo que cientos de ojos observan desde el edificio de la torre de control y con el reloj alcanzando las míticas 24 horas tras su puesta en marcha, solo entonces te darás cuenta de lo vivido: las 24 horas de Le Mans.
Por suerte he tenido la oportunidad de disfrutar de esta carrera en el año 2012 y, tal fue la impronta que dejó en mí que en 2014 volveré y lo haré aprovechando el regreso a la máxima categoría de la marca históricamente dominadora de la carrera: Porsche.
La historia
El fabricante alemán no ha dejado de participar en ella en los últimos años, ya sea de forma explícita o mediante equipos privados, pero es cierto que ha sido en 2013 cuando volvió de forma oficial con un proyecto de furuto y lo hizo dentro del grupo GTE con nada más y nada menos que los pilotos Marc Lieb, Roman Dumas y Richard Lietz, un plantel propio de los LMP1 con una clara misión: lograr la victoria en el grupo de los GT de máximo nivel y así fue.
Si hablamos de triunfos, como mencionaba, Porsche es dueña de la mayor cantidad de trofeos de Le Mans, el último de ellos al máximo nivel en 1998 con el imponente 911 GT1, y no ha sido hasta la llegada del año 2000 cuando la supremacía recogida en los libros fue heredada por la hermana de Porsche: Audi.
Relevo hegemónico
Solo en dos ocasiones desde 2000 hasta 2013 otros fabricante rompen su secuencia cronológica de victorias desde que el segundo milenio echó a rodar y varios pilotos quedan ligados al binomio "Audi-Le Mans" como Pirro, Capello, Rockenfeller, Lotterer, McNish, Tréluyer, Fässler o el mencionado Dumas pero solo hay uno a quien se le conoce como "Mr. Le Mans" que no es otro que Tom Kristensen quien con nueve victorias en las 24 horas se alza como el mayor conquistador de la pista francesa.
Pero si hablamos de triunfos de pilotos, de constructores no podemos olvidarnos de la importancia vital del fabricante de neumáticos y es que Michelín, la marca francesa representada por el inconfundible Bibendum nos muestra cómo se logra un triunfo no solo de una persona, no solo de un coche, no es solo de unas ruedas: es gracias a un equilibrio perfecto entre todos.
Como decía, Audi y sus modelos, primero de gasolina, luego de gasóil y posteriormente híbridos, han sido y son la referencia casi durante tres lustros y diferentes marcas han querido plantarles cara como mayor o menor suerte, Bentley lo logró en 2003 y Peugeot en 2009 pero quien no cesa en su empeño de alzarse como equipo sucesor de Audi es Toyota.
La alternativa
Los japoneses, a la vanguardia de la tecnología desde Asia lo han intentado en las dos últimas citas, en ambos casos, sin alcanzar el triunfo final. Para 2014 no hay excusas, el programa anual de desarrollo del vehículo con el que compiten en el Mundial de resistencia (WEC) para este 2013 ha sido paralizado con el único objetivo de centrarse en el de 2014 y con una fecha en la cabeza: las 15 horas del 23 de junio de 2014.
Las ausencias
Y pensar en Le Mans es pensar en un hombre, en una figura, en la personificación de lo que esta carrera representa: una lucha contra todo, contra todos, contra uno mismo con un único objetivo que no es otro que terminar. Esta edición de 2013 no contó con el equipo del hombre que posiblemente más "respire Le Mans", Henri Pescarolo, los problemas económicos de su modesto equipo le obligaron a no tomar la partida en la carrera
Ni podemos ni queremos olvidar que, como prueba extrema de resistencia, los peligros que ciernen al automovilismo son reales y desde aquí recordar al fallecido piloto danés Allan Simonsen quien perdió la vida durante la prueba de este año.
El futuro
Las 24 horas de Le Mans 2014 se perfilan excitantes como pocas: la supremacía germana de Audi, la motivación japonesa sin fisuras de Toyota y el retorno del rey que cedió su trono a un hermano, Porsche, hacen que la categoría máxima, los LMP1, reciba un interés como nunca en la "pretemporada" que antecede a la carrera de junio, pero no olvidemos: los LMP1 sin los LMP2 y los distintos grupos de GT no son nada, se necesitan, se estorban, se ayudan y, sobre todo, dan vida a la carrera ya que ver cómo conviven en una misma pista "animales" asfalto tan tremendamente distintos, cada uno con un objetivo claro pero un mismo fin suponen la salsa de esta carrera que, como muchas veces he dicho "solo entenderás lo que he sentido estando allí cuando vayas, esto tienes que vivirlo aunque sea una vez en la vida".
Fotos: Miguel Lorente y D.Breugnot (Pescarolo)
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