Cuando compras un coche, ya sea nuevo o de segunda mano, siempre miras la relación calidad precio y te preguntas si realmente ese vehículo vale lo que el vendedor te está pidiendo por él. Con asiduidad, nuestra duda puede ser si pagar 3.000 o 4.000 € por un coche de segunda mano o bien tener que apoquinar cerca de 20.000 € por uno nuevo con el alto nivel de tecnología que presentan los actuales automóviles que encontramos en este Siglo XXI. Tras pasar precisamente el año 2000, tenemos que situarnos en el 2002, ¡parece que fue ayer y han pasado 14 años! En dicho año Petter Solberg era un piloto poco conocido que se hizo un lugar en Subaru tras pasar por Ford en el Campeonato del Mundo de Rallies (WRC). En ese año usó un Subaru Impreza Prodrive que ahora está a la venta por 100.000 €.
No estamos hablando de un coche básico de poco valor de segunda, ni tampoco se puede asemejar a un vehículo recién salido de fábrica con cero kilómetros en el marcador. En esta ocasión el protagonista del artículo es un auténtico coche que ha participado en el WRC y ha ganado un rally, concretamente el de Gales. El precio es bajo, teniendo en cuenta que este tipo de vehículo suele rondar los 300.000 €, más aún si tenemos en cuenta que fue (papeles en mano) de una leyenda viva como es Petter Solberg. Su excelente rendimiento durante el 2002 le llevó a ser subcampeón del mundo con este Impreza, pasando en el 2003 a lograr su título de campeón del mundo de rallies con otro Subaru Impreza.Estas oportunidades se presentan una vez en la vida. Tener un coche así es complicado aunque el mercado de estos coches es amplio (por gustos, que no capacidad salarial de costearlos y mantenerlos) y es normal, ¡quién no querría tener uno así en la puerta de su casa! Más aún teniendo en cuenta que puede dar dinero ya que está totalmente preparado para competir y no necesita ninguna reparación, según afirma el equipo FJ, el vendedor (contactar mediante este email: [email protected]) de este maravilloso Impreza preparado por Prodrive para la ocasión. Por esto, nada más tener las llaves en tu poder puedes inscribirlo en casi cualquier competición siempre que cumpla las normas específicas de cada una de ellas.
Entre las modificaciones encontramos todo lo necesario para tener el visto bueno de la FIA (motor de 2 litros y más de 300 caballos entre otras cosas) para ser partícipe de un Campeonato del Mundo de Rallies. Además, la información facilitada por los vendedores de este número 11 de aquella temporada 2002 del WRC es que el motor fue reconstruido por Autosportif y lleva recorridos tan solo 1.050 kilómetros desde entonces; un turbo nuevo con el pack S9, una caja de cambios reconstruida también por Autosportif y tanto el diferencial trasero como las suspensiones (Reiger Tarmac) cuentan con poco uso desde su renovación son el resto de principales renovaciones que podemos apreciar. Las piezas son prácticamente nuevas y el rendimiento de estos coches, muy alto, por lo que tenemos una buena combinación montada sobre cuatro ruedas.
Como incentivo de compra, el vendedor nos ofrece (tras pagar esos 100.000 €) piezas de repuesto, algún juego más de neumáticos para dar vida a nuestra afición que es conducir al límite (y si es de lado, mejor) y un detalle curioso: las luces tan características de los coches de rally que se colocan en el frontal para lograr una gran visibilidad por la noche. Sin duda, un extra muy pero que muy atrayente para los amantes de los rallies y las etapas nocturnas donde las estrellas doradas del coche número 11 brillaban a pesar de la ausencia de luz solar. En la mano de cualquier afortunado de tener los 100.000 € de coste del coche está que esas estrellas sobre fondo azul vuelvan a brillar, aunque sea en exhibiciones, concentraciones o cualquier otra excusa para sacar a pasear a un bello Subaru Impreza que es todo un ganador.
Artículos recomendados