Para ponernos en situación, Carlos Barbosa había propuesto utilizar vehículos del segmento D, más grandes y por ende más potentes, abriendo así la veda a distintas opciones de motorización más o menos equilibradas y a equilibrar rendimientos según algunos aspectos. Sin embargo, las marcas no parecen dispuesta a desarrollar un nuevo WRC tan distinto para 2017, ya que las opciones que ahora mismo tendrían las marcas pasarían por el Ford Mondeo, el Citroën C5, el Hyundai i20 y el Volkswagen Passat, por lo que estamos hablando de berlinas de un tamaño respetable, sobre todo para el Mundial de Rallies.
Por el bien común
La normativa técnica de 2017 puede ser fundamental para terminar de convencer a Toyota de su regreso al campeonato, por lo que hay que tener mucho cuidado con agradar a todas la partes, tanto las que ya están presentes como las que pueden llegar. De momento, entre las cuatro marcas partícipes del campeonato, se ha optado por rechazar esta propuesta de pleno con M-Sport incluso amenazando su salida del campeonato. Algo lógico, ya que un cambio de tal calibre podría ser una herida de muerte para los proyectos más débiles a nivel económico como son M-Sport, sin el apoyo directo de Ford, y Citroën, en este segundo caso inmerso en el WTCC.
Al final, parece que Hyundai, Volkswagen, M-Sport y Citroën, por comunión de interés o por mantener una competencia interna con el mayor número de participantes posible, parece que quieren mantener los actuales World Rally Cars también a partir de 2016. No sería una mala idea, pero también hay que pensar en que opina Toyota de todo esto, ya que su Yaris WRC es perfecto para llegar al campeonato con un reglamento muy similar al actual. Al final, nadie acabaría descontento, o eso parece.
Fuente: Autosport
Artículos recomendados