Hace solo un lustro, un jovencito llamado Esapekka Lappi comenzaba a despuntar por los tramos finlandeses al volante de un «modesto» Citroën C2 R2. En 2012, arropado por los noruegos de EVEN Management (quienes han impulsado las carreras de otros nórdicos como Andreas Mikkelsen, Pontus Tidemand o, más recientemente, Ole Christian Veiby y Johan Kristoffersson), tomaba los mandos de un Ford Fiesta S2000 y se proclamaba campeón nacional de manera incontestable, ganando las siete pruebas del certamen.
Piloto oficial
Impresionados por su rendimiento, desde Skoda decidían darle una oportunidad de inmediato, sentándolo en un Fabia S2000 oficial para el Rally de Polonia, del Europeo. El finés se imponía ante una terna de conocidos pilotos locales y, al año siguiente, la firma le ofrecía un completo programa que incluía citas en el Campeonato del Mundo (WRC 2), el de Europa y el de Asia-Pacífico. Pese a algunos problemas, cuajaba actuaciones muy destacadas, con victorias esporádicas en todos los certámenes.
En 2014, los de Mladá Boleslav reforzaban su apuesta y, tras destinar a Tidemand al APRC, hacían lo propio con Lappi en el Europeo. Aunque no exento de contratiempos, se aseguraba el título continental tras tres triunfos, dos de ellos en pruebas de asfalto, y es que su pasado en el karting lo ha convertido en prácticamente un especialista sobre esta superficie, donde los escandinavos no acostumbran a brillar.
De cara al siguiente año, Skoda estrenaba el temible Fabia R5 y concentraba sus esfuerzos en el WRC 2. Lappi demostraba su innegable velocidad, pero solo conseguía dos victorias y, debido a un accidente en Cataluña, debía conformarse con el cuarto lugar del campeonato. En la presente temporada se encuentra repitiendo programa y marcha tercero absoluto tras haber vencido en su Finlandia natal y en Alemania.
Cambio de aires
Sin embargo, finalizada la prueba teutona, Lappi declaraba al medio «Motorsport News» su intención de abandonar la formación verde y desbloquear así su carrera, después de cinco años compitiendo con vehículos de la segunda categoría. Desde que salieron a la luz los primeros detalles sobre el regreso de Toyota al Mundial de Rallies, los rumores relacionaron al finés con el proyecto liderado por el tetracampeón Tommi Mäkinen, para quien la velocidad de su compatriota no ha pasado desapercibida.
Pues bien, hace pocos días, Esapekka confirmaba las conversaciones con la marca japonesa y afirmaba haber visitado la sede del equipo en Puuppola, si bien no ha podido subirse al espectacular Yaris WRC 2017 por contrato. «Firmé con Skoda a mediados de 2012 y he estado allí cuatro años y medio. Creo que es suficiente; ha llegado la hora de irse, quiero evolucionar como piloto. Estuve en las instalaciones porque Tommi me invitó a ver el coche y creo que el rumor salió de ahí, pero no es cierto, no puedo pilotarlo. Toyota podría estar interesada en mí, pero también en otros muchos pilotos. Aunque el resultado no será decisión nuestra, me gustaría estar allí el próximo año».
Mäkinen continúa valorando opciones para conformar la alineación definitiva de la próxima campaña, que será desvelada, previsiblemente, el mes que viene. Los nombres que suenan con más fuerza, además del propio Lappi, son Juho Hänninen, quien ha encabezado buena parte del desarrollo del Yaris, Ott Tänak y Teemu Suninen, ambos sorprendiendo este año con sus buenas prestaciones. Aunque, sin duda, a Tommi le gustaría «barrer para casa», también Elfyn Evans e incluso Thierry Neuville están en la lista. Por su parte, Mikko Hirvonen, que ya ha probado el coche, ha descartado un puesto como titular para centrarse en los raids.
Con los tres Polo R ocupados por Ogier, Latvala y Mikkelsen, Lappi no tiene posibilidad de ascenso a corto plazo (recordemos que Volkswagen y Skoda son marcas pertenecientes al mismo grupo), por lo que podría encontrar en Toyota su camino hacia la «categoría reina». Un factor importante para su elección será el sistema de puntuación, que aún se está perfilando. Si finalmente cada equipo puede inscribir tres coches y suman los dos primeros clasificados, sin necesidad de designar a dos pilotos como actualmente, el interés por los jóvenes se dispararía; de lo contrario, tendrían prioridad aquellos con más experiencia. Falta poco para salir de dudas.
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