En mayo del pasado año salían a la luz los planes de Hyundai Motorsport de construir un vehículo para la categoría R5. A tal efecto, el fabricante coreano, inmerso por aquel entonces en el desarrollo del NG i20 WRC, instauraba un nuevo departamento de programas cliente (Customer Racing) con Andrea Adamo al frente.
El ingeniero transalpino, responsable de proyectos como el Abarth Punto S2000 o los Honda Civic del WTCC, tenía ante sí el reto de crear un arma capaz de rivalizar con el temible Skoda Fabia y el Ford Fiesta. En diciembre, coincidiendo con la presentación de su nuevo WRC, los de Alzenau desvelaban el primer prototipo del modelo en cuestión.Inicio prometedor
A primera vista, el i20 R5 sorprendía por el parecido con su homólogo para la categoría reina (no en vano han empleado buena parte de lo aprendido en su creación), así como por su novedoso alerón trasero, diferente del de sus rivales al estar provisto de soportes laterales y no en el techo.
A partir de entonces comenzaba un intensivo programa de pruebas por Europa, siendo las primeras sobre tierra en Francia. Fundamentalmente, el peso de estas sesiones recaía en el hombre reserva del equipo, Kevin Abbring, aunque otros pilotos de renombre como Luca Rossetti también se han puesto al volante. El resultado, 5 000 kilómetros acumulados y un coche listo en menos de siete meses.
Con motivo del Rally de Ypres, puntuable para el Campeonato de Europa, el equipo decidía salir como parte de la caravana de seguridad. A manos de Abbring y dotado de una espectacular decoración seleccionada mediante concurso, el i20 recorría sus primeros kilómetros en condiciones reales, exhibiéndose ante los medios y los aficionados a la par que se comparaban sus cronos con los de la competencia.
Finalizada la prueba, donde el vehículo dejaba muy buenas sensaciones en cuanto a rendimiento del propulsor y agilidad del chasis, Hyundai decidía realizar algunas jornadas de tests adicionales de cara a la homologación, que debería ultimarse este mes de septiembre. Así pues, todo quedaba dispuesto a la espera del debut oficial del modelo.
Ya hay fecha
Ahora, esa espera llega a su fin, pues la propia formación ha confirmado que su nueva montura se estrenará en el próximo evento del Mundial, el Rally de Córcega (del 29 de septiembre al 2 de octubre). Allí se darán cita hasta tres unidades; la primera, como no podía ser de otro modo, será oficial, pilotada por Kevin Abbring dentro del WRC 2 en un intento de demostrar el verdadero potencial del coche ante sus oponentes.
La segunda, ya fuera de puntuabilidad, estará ocupada sorprendentemente por Stéphane Sarrazin, actual piloto de Toyota en el WEC. Una semana antes de reaparecer en el Campeonato del Mundo, el galo, noveno en la pasada edición del Tour de Corse con un Fiesta WRC, efectuará el verdadero debut en competición del R5 al tomar parte en el Rally Pays de Fayence, valedero para la Copa de Francia.
Y por último, pero no menos importante, encontraremos al rápido Fabio Andolfi, habitual del WRC 3 con un 208 R2. La participación del italiano con el nuevo i20 se venía rumoreando desde hace tiempo y, finalmente, se ha hecho realidad gracias al permanente apoyo de la ACI (la federación de su país) y al equipo HMI (Hyundai Italia). Será interesante observar su rendimiento con un vehículo de altas prestaciones.
Nuevos horizontes
Cabe destacar que, hace algo más de un mes, Hyundai organizó dos días de pruebas en el circuito francés de Chambley para que diferentes pilotos de toda Europa pudiesen tantear su nueva creación. Allí, entre numerosos clientes potenciales, pudimos ver las caras de tres destacados españoles.
Hablamos de Iván Ares, Pedro Burgo y Miguel Fuster (Surhayen Pernía y Manuel Mora, también invitados, no pudieron acudir). Desde entonces, ha cobrado fuerza el rumor de que la filial española podría poner en liza hasta dos unidades del i20 R5 en nuestro Nacional de Asfalto. De confirmarse, sería una gran noticia para el certamen, un tanto escaso de implicación oficial en los últimos años.
Ahora, la marca coreana, centrada en perfeccionar su WRC para 2017, planea diseñar un R2, estableciendo así una "escalera" de modelos bajo su nombre. Los responsables han declarado que esperarán hasta que la FIA concrete los cambios que se introducirán en esta categoría, siendo la apuesta más probable el uso de un propulsor turbo tricilíndrico de baja cilindrada similar al que equipa el nuevo Fiesta.
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