Se podría decir, sin miedo a equivocarse, que Sébastien Loeb tiene un espíritu cuanto menos inquieto. Desde su debut en el WRC en el Rally de Cataluña en 1999, la vida deportiva del piloto estuvo ligada al éxito. Un éxito que culminó en el caso del Mundial de Rallyes en con nueve títulos, 78 victorias, 116 podios y 900 scratches. El rey, el encargado de enseñarle al mundo lo que era magia al volante, lo que era llevar un World Rally Car al extremo sin importar qué curva, qué superficie, qué tramo o qué prueba aguardaba. El encargado de desbancar a los finlandeses 'voladores' para instaurar una dictadura francesa en el WRC que a día de hoy continúa el otro 'Seb', Ogier.
En 2012, Loeb se cansó. El frenético ritmo del WRC era demasiado para el alsaciano que necesitaba reducir velocidades y comenzar a dedicar más tiempo a su familia. Convencido de que su carrera continuaba en el Mundial de Turismos, convenció a su otra familia, la de Citroën, para aceptar el reto. Y así, Loeb pasó del Xsara, el C4 y el DS3 al C-Elysée. Un coche con el que ha ido de menos a más en un campeonato nuevo para él y para su equipo.
El final de una larga y exitosa unión
Máximo defensor del trabajo bien hecho, Loeb sabía que el paso a Turismos no podía ser un mero entretenimiento. Consciente de que el trabajo sería largo, el francés no perdió el tiempo y se empleó a fondo en el desarrollo del C-Elysée. El esfuerzo se vio recompensado pronto, pues la pasada temporada Loeb ya se colocó tercero de la clasificación final del Mundial de Turismos y esta temporada, a falta de una carrera, para que el 2015 baje el telón se mantiene segundo.
La carrera de Losail pondrá el punto final a la participación de Loeb en el WTCC, con siete victorias bajo el brazo. Pero sin duda, lo más duro para el alsaciano será decir adiós a Citroën, el equipo que ha sido su casa y que le ha seguido en cada paso de su exitoso camino. Con más de 15 años compartidos con algunos de los miembros del equipo francés, la cabeza de Loeb no para de rememorar los mejores momentos, consciente de que es el final de una larga relación. "No estaré lejos", declaró el alsaciano antes de emprender el nuevo desafío.
Nuevo destino, el Cross Country
Su inquietud volvió a despertarse este año para deparar una nueva sorpresa: Loeb y el Dakar. Era un secreto a voces que esperaba la confirmación oficial, pues el alsaciano se dejó ver en varias ocasiones por la zona del Team Peugeot Total durante la anterior edición del rally raid. El anunció no tardó en llegar y, con Loeb, se logró un equipo de ensueño para afrontar el Dakar junto a Carlos Sainz, Sthéphane Petherhansel y Cyril Despress.
Sin embargo, el 2015 aguardaba más novedades. Con los planes de Citroën concretados ya para el WRC y el WTCC, Loeb ha proclamado su irrefrenable interés por abordar una nueva disciplina, el Cross Country. El Dakar está a la vuelta de la esquina y el piloto francés más laureado de la historia del automovilismo se ha visto tan atraído por los tramos desérticos que ha decidido dar un paso más y continuar la aventura más allá del rally raid de Sudamérica.
Loeb empieza un nuevo capítulo en su carrera deportiva. Si algo ha demostrado el alsaciano a lo largo de los años, es que para él nunca es suficiente. Su pasión y atracción sin límite por la velocidad e instinto competitivo le llevan esta vez a afrontar un nuevo desafío de la mano de Peugeot y con la arena como escenario.
Fuentes fotografías: Sébastien Loeb (Official Facebook Page); Citroën Racing; Peugeot 2008 DKR.
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