En plena resaca del Rally RACC, el bicampeón de Volkswagen, Sébastien Ogier, analiza en frío el error que le costó la victoria en la cita española. A pocos kilómetros de meta de la Power Stage, el piloto francés cometía un error que le obligaba a abandonar al chocar su Polo R WRC contra uno de los quitamiedos. Ogier gozaba de una cómoda ventaja de 50 segundos antes del inicio de la última especial, pero no supo aprovecharla en su beneficio.
"No tenía nada que demostrar, no había necesidad, pero soy muy competitivo y siempre quiero dar el máximo", aseguró para WRC.com. El bicampeón francés asegura que "no fue el rally más emocionante" porque ya partía con "una buena ventaja" desde la segunda jornada. "Quería divertirme y atacar para terminar la prueba", explicó.
El momento del accidente
Ogier no tuvo problemas en concretar públicamente cómo había sido el momento del accidente y aseguró que había corregido sus notas en el primer bucle porque la salida de la curva "era más rápida" de lo que había calculado en un principio. "La cambié por un valor más alto para salir más rápido. En la entrada llegué más rápido, no mucho, tal vez me pasé unos 10 cm, entonces me escupió hacia la barrera y un poste nos arrancó la rueda", sentenció.
Afortunadamente, el piloto francés y su copiloto no sufrieron daños y tras el correspondiente chequeo médico, fueron dados de alta sin demora. Ogier no dudó en responsabilizarse del accidente: "Diría que me la jugué y perdí. Ahora solo tengo que aceptar las consecuencias. Fue un error estúpido, pero no es el fin del mundo". El piloto francés añadió que están sanos y salvos y que no el accidente no ha tenido grandes consecuencias para el equipo. "Lo siento, pero por lo menos mis compañeros fueron primeros y segundos, por lo que siguió siendo un buen resultado para la marca", concluyó Ogier.
Fotos: Ángel A.
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