39 ediciones abriendo el Campeonato del Mundo de Rallys. 39 años en los que el asfalto, la nieve y, sobre todo, el hielo monegasco -el 'glace' que dicen en Francia- lleva siendo la primera cita del WRC. Una prueba mítica, por su dificultad y por su historia. Grandes batallas se han disputado en el mítico Col de Turini, especial estrella de la prueba, y en su famosa 'noche del Turini' a lo largo de sus 85 años, siendo el rally más longevo del campeonato. Historia pura de los rallys. Además, una cita especial por la unión única de tres elementos: asfalto, nieve y hielo.
Empezó como atracción turística...
El Rally de Montecarlo se celebró por primera vez en 1911, creada como una atracción turística. Cuando aquello, una prueba de resistencia con final en la ciudad de Mónaco. En aquellos tiempos, a comienzos de siglo, los rallys distan mucho, lógicamente, de lo que son ahora. Pero en los años 50, tras el parón de ocho años debido en la década anterior, el rally adquirió un carácter internacional: en 1953, la prueba monegasca puntuaría para el Campeonato de Europa de Rallys. Ello atrajo a grandes pilotos y el palmarés comenzó a teñirse de mitos: Timo Mäkinen, Pauli Toivonen, Björn Waldegård, Sandro Munari...No fue hasta 1973 cuando el Mundial de Rallys arribó en Montecarlo. Jean-Claude Andruet, a bordo de un Alpine A110 fue el primer ganador de la era mundialista, seguido por tres consecutivas de Sandro Munari a bordo del Lancia Stratos. Walter Röhrl (x4), Jean Ragnotti, Ari Vatanen y Henri Toivonen fueron los triunfadores en las era de los Grupo B mientras que Miki Biasion (x2) y Bruno Saby introdujeron la carrera en los años 90.
Sainz y Auriol, hegemónicos en los 90
Y ahí llegaron las victorias de nuestro Carlos Sainz. El piloto español más laureado en el Mundial de Rallys se impuso hasta en tres ocasiones -Toyota Celica 91', Subaru Impreza 95' y Toyota Corolla 98'- en una época en la que batalló con Didier Auriol (x3) por ser el mayor triunfador en el hielo francés. En la citada época, en 1996, hubo un parón de un año pues la prueba monegasca puntuó para el Mundial de dos litros. Con ese breve parón llegó la era WRC
Tras los triunfos de Piero Liatti y Carlos Sainz, ya con los nuevos WRC, llegaron los años 2000 y, con ello, la hegemonía de dos cracks del volante: Tommy Makinen y Sébastien Loeb. El finés se impuso de manera consecutiva desde 1999 hasta 2002, con Mitsubishi y Subaru. Un récord que iba a batir, o al menos a empezar a batir, solo un año después el mejor de la historia.
Otro récord más para Loeb
Sébastien Loeb marcó un hito en la historia del Rally de Montecarlo. Siete victorias que no fueron consecutivas debido a dos factores: la intromisión de Marcus Gronholm en el año 2006 y la salida del rally del Mundial. Loeb se impuso en las ediciones de 2003, 2004, 2005, 2007, 2008, 2012 y 2013 mientras la prueba salía del calendario mundialista entre 2009 y 2011.
Durante ese trienio, la prueba fue puntuable para el IRC aunque sus ganadores bien podrían ser del WRC. Sébastien Ogier y Mikko Hirvonen decidieron participar en la prueba monegasca con vistas al resto de la temporada. Ambos compitieron a fondo pese a no puntuar para el Mundial. En 2011, fue Bryan Bouffier el vencedor. A la vuelta, como ya hemos avanzado, fue Loeb el que volvió a mandar, con triunfos en 2013 y 2014.
El otro 'Seb'... por el mismo camino
Y tras la era de Loeb llegó la de Sébastien Ogier. A bordo del Polo WRC, 'Seb' emuló a su tocayo y se impuso en tres ediciones consecutivas. Ello, sumado a la que ganó en 2009, le convierten en el dominador actual de la prueba, igualado a pilotos como Makinen, Sandro Munari o Walter Rohrl con esas cuatro victorias. A la cabeza está Loeb, con siete triunfos en el 'Monte'.
Los tres elementos
Ya lo hemos contado, brevemente, al inicio. Además de las batallas y de los grandes pilotos que han triunfado en el podio final, las características del recorrido hacen muy especial el Rally de Montecarlo. Una prueba única debido a su mezcla de asfalto, nieve y hielo, sobre todo esto último. Ninguna prueba del Mundial conjuga estos cuatro ingredientes.
Y no es un hielo cualquiera, estamos hablando de lo que los franceses llaman 'glace noire'. Esa mezcla de hielo y asfalto que es tan difícil de ver como de frenar cuando entras a demasiada velocidad en ella. Es por ello que la labor de los ouvreurs se pone de manifiesto pues lo que en un momento de la mañana es una humedad, horas más tarde es una placa de hielo. Es brillo que tanto gusta al aficionado de la zona, el brillo del 'glace' de Montecarlo.
La 'noche del Turini'
Además, la mítica 'noche del Turini' también encumbró esta historia. Hasta los años 90, el programa del rally era el siguiente: etapa de concentración, con un recorrido de 1000 kilómetros por los Alpes, y una última etapa de clasificación, en la que solo corrían los cien mejores y en la que se afrontaba la mítica 'noche del Turini'. Los participantes daban varias pasadas por el mítico puerto francés, haciendo las delicias de los miles de aficionados que se apostaban en las cunetas, calentados por el fuego de las hogueras, en una noche con encanto especial.
Tras la llegada de la normativa FIA, el rally adquirió el desarrollo actual y aunque se seguía incluyendo el mítico Col de Turini, con su infinidad de curvas, se corría en horario diurno y con diferentes longitudes. Un dato es que el piloto más rápido en este tramo fue Petter Solberg, quien marcó una media de 89,4 km/h a bordo de su Impreza WRC.
Fuente de las fotos: WRC media y Red Bull.
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