Este fin de semana, el Campeonato del Mundo de Rallies aterriza en nuestro país para la disputa de su duodécima cita, el Rally de Cataluña. Con una larga tradición a sus espaldas, la prueba española ha sabido renovarse en todo momento -es la única que presenta un recorrido mixto de tierra y asfalto- y, actualmente, se encuentra más que consolidada en el calendario de la máxima categoría, siendo además una de las más aplaudidas en lo que a organización se refiere.
Para conocer la historia de este ineludible evento debemos remontarnos nada menos que a principios del siglo XX, época en que el automovilismo daba sus primeros pasos. Entre los años 1916 y 1920 se celebraron cuatro ediciones de lo que se llamó "Volta a Catalunya". Luego de una larga ausencia, la prueba se reinstauró en 1954, pasando tres años más tarde a denominarse "Rally de Cataluña"; aquella, la de 1957, fue la primera edición de la prueba como tal -octava en el cómputo absoluto- y tuvo como vencedor inaugural al Alfa Romeo de Sebastià Salvadó.Dos temporadas más tarde, el legendario volantista Alex Soler-Roig -que llegó un tiempo después a la Fórmula 1- se alzó con el triunfo sobre un Porsche 356. De 1965 a 1972 se hizo un receso en que la prueba fue reemplazada por el Rally de Barcelona, regresando como prueba del Campeonato de España absoluto tras fusionarse con el Rally de las Cavas. En esa década, pilotos tan destacados como Salvador Cañellas, Jorge de Bagration, Antonio Zanini o Beny Fernández se subieron a lo más alto del cajón.
La confirmación
La temporada 1980 marcó un importante punto de inflexión, ya que el evento pasó a formar parte del Campeonato de Europa. Esa edición, la decimosexta, fue ganada por Zanini, que posteriormente se proclamaría campeón continental. En los años siguientes, los tramos de tierra comenzaron a tener presencia y la prueba fue aumentando su coeficiente. Con una participación cada vez más notoria, numerosos pilotos internacionales de la talla de Adartico Vudafieri, Fabrizio Tabaton o Dario Cerrato, todos al volante de Lancia, saborearon las mieles del éxito.
Otro hecho clave llegó en 1988. Paralelamente, en Cataluña coexistía el Rally Costa Brava, aún más prestigioso pues formaba parte del Europeo ya desde 1972 y contaba con la máxima puntuabilidad. A fin de optimizar los recursos económicos de la región, ambos organizadores decidieron sumar fuerzas, de modo que la que hubiera sido la trigésimo sexta entrega del Costa Brava y la vigesimocuarta del Cataluña se fusionaron en una sola, desplazándose de octubre a febrero y permaneciendo tres años como segunda parada del Europeo -con máximo coeficiente- y primera del Nacional.
Pero entonces llegó 1991. La prueba se vio impulsada por el «fenómeno Sainz», quien se había embolsado su primer título Mundial el año anterior, y por una afición entregada como pocas a esta disciplina. Por tanto, el Cataluña - Costa Brava encontró un hueco en el Campeonato del Mundo, disputándose en noviembre en las inmediaciones de Gerona como prueba mixta (asfalto y tierra) y de mayor kilometraje. El ganador fue Armin Schwarz, mientras que Sainz sufrió un abandono que le impidió renovar el título.
El salto definitivo
Sin embargo, el madrileño podría resarcirse una temporada después, venciendo en casa y obteniendo su segundo y último Mundial. Tras una edición puramente de asfalto donde se impuso François Delecour, en 1994 se hizo un alto debido a la rotación impuesta por la FIA, puntuando únicamente para la Copa del Mundo de 2 Litros (con un triplete español encabezado por Oriol Gómez y Salvador Servià). En 1995 regresó con energías renovadas y de nuevo sobre superficie única -otra exigencia de la federación-, y desde entonces no ha vuelto a faltar a su cita en el WRC.
Se celebraron diez ediciones más, con victorias de ilustres como Colin McRae, Didier Auriol, Tommi Mäkinen o Gilles Panizzi. Incluso llegó el primer triunfo absoluto de un Kit-Car; fue en 1999, a manos de Bugalski y el Citroën Xsara. Cabe mencionar que, entre los años 1997 y 2002, el evento fue desplazado a principios de temporada, retornando después a su posición original. Para su cuadragésimo primera edición, la de 2005 (tras la retirada de Carlos Sainz del campeonato), sufrió otro cambio importante en forma de nueva ubicación.
Concretamente, la FIA impuso un único punto de asistencia, por lo que se trasladó su sede de Gerona a Salou, Tarragona. Esto conllevó un nuevo cambio de nombre, pues la Costa Daurada (Dorada) tomaba el relevo de una Costa Brava que recuperó su estatus de rally independiente, eso sí, como integrante del Nacional de Asfalto. El campeón de este certamen, Dani Sordo, fue el mejor del apartado Júnior en la prueba mundialista, logrando también el título que le abriría todas las puertas.
En cuanto a la categoría reina, hubo un nombre que sobresalió por encima del resto; sí, hablamos de Sébastien Loeb, quien desde ese año se impuso en todas sus participaciones (2005-2012). 2011 trajo consigo la última modificación hasta la fecha, el regreso de las especiales de tierra que confieren esa exclusividad como prueba mixta. Las ediciones siguientes vieron a otro Sébastien perpetuar la leyenda, en este caso, Ogier, y hubiera logrado el triplete de no ser por el sonado accidente que la pasada temporada lo dejó fuera en el último tramo.
Andreas Mikkelsen pudo así ganar por vez primera; sin embargo, este fin de semana, el de Gap llega dispuesto a redimirse y certificar el cuarto título consecutivo tanto de pilotos como de constructores para Volkswagen. No se lo pondrá fácil Dani Sordo, que encabeza una lista con gran participación española. 'Cohete' Suárez saldrá con ganas en el WRC 2, mientras que al volante de monturas más modestas encontraremos a jóvenes promesas como Manuel Mora, Yeray Lemes, Pepe López o Nil Solans. A partir del jueves arrancará la acción.
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