El próximo jueves, 19 de enero, el Campeonato del Mundo de Rallies comenzará a escribir otro capítulo en su todavía breve pero intensa historia. Y lo hará con muchas novedades, entre las que destaca la llegada de la tercera generación de World Rally Cars. El mayor cambio reglamentario desde que se instaurase esta categoría da como resultado unas máquinas totalmente nuevas cuya cifra de potencia (oficial) es la más alta en décadas, a lo que acompaña un aspecto exterior mucho más agresivo y la reincorporación de algunas soluciones técnicas que se habían suprimido.
Empezando por el apartado mecánico, uno de los cambios más relevantes afecta al diámetro de la brida del turbo. Los propulsores mantendrán su cilindrada en 1,6 litros, pero dicho elemento aumentará de los 33 milímetros a los 36, elevándose la potencia de unos 300-315 caballos hasta 380 aproximadamente. La presión del turbocompresor se ha establecido en 2,5 bares. Estas especificaciones imitan las utilizadas en los vehículos TC1 del Mundial de Turismos (WTCC) y su efecto será aún más evidente al reducirse el peso mínimo en 25 kilos, es decir, 1 175 en lugar de 1 200.Para que estas nuevas bestias sean capaces de "digerir" la aceleración, volverán a equipar un diferencial central controlado electrónicamente, lo que parece chocar con el deseo de recuperar la espectacularidad. De igual modo, con vistas a mejorar el manejo y proporcionar una imagen más extrema, la anchura se incrementará en 55 milímetros, pasando de los anteriores 1 820 a 1 875. Donde los fabricantes han tenido libertad casi total es en el aspecto aerodinámico, exhibiendo alerones aún más generosos tanto en la parte trasera como en la delantera en un guiño a los Grupo B de mediados de los 80.
Como no podía ser de otra manera, esta [r]evolución en prestaciones implica la necesidad de construir coches más seguros. El aumento de las dimensiones ha permitido situar a los ocupantes ligeramente más al centro respecto a los límites de la cabina -habrá unos 20 centímetros de separación entre los asientos y las puertas- y, además, se ha ampliado el grosor de estas para introducir una mayor cantidad de material de alta absorción contra impactos. Detallada la técnica, repasemos los diferentes equipos que recorrerán los tramos mundialistas.
M-Sport | Ford Fiesta WRC
La formación de Malcolm Wilson parece estar entrando en su época dorada. Tras un 2016 difícil en cuanto a resultados, han recuperado el monopolio del Mundial Júnior con sus R2T y centrado todos sus esfuerzos en la construcción del nuevo Ford Fiesta WRC (sí, ha perdido el apellido "RS"). Basado en el flamante Fiesta Mk7, cuyo aspecto exterior no varía en exceso, la última creación de M-Sport aspira a devolverlos a lo más alto, y para ello, se han hecho con los servicios de la mejor dupla en la actualidad, el tetracampeón Sébastien Ogier y su inseparable copiloto Julien Ingrassia.
Sus compañeros de filas serán Ott Tänak, quien regresa por tercera vez después de un año muy sólido, y Martin Järveoja como nuevo navegante. Curiosamente, cada tripulación lucirá una decoración distinta por primera vez desde 2005; en el caso de Ogier predominan los colores de Red Bull, ausentes en el coche del estonio. Pero estas no son las únicas unidades de Fiesta WRC que veremos en acción; el "reascendido" Elfyn Evans, con Daniel Barritt a su derecha, defenderá los honores de DMACK, mientras que Mads Østberg y Martin Prokop compartirán estructura privada cuando comiencen sus respectivos programas -a partir de México-. Por último, Éric Camilli y Teemu Suninen tomarán parte en alguna prueba.
Hyundai Motorsport | i20 Coupé WRC
Autores de una temporada muy competitiva con el i20 de nueva generación, en Hyundai han optado por volver a los orígenes; como os contamos durante la presentación realizada el 1 de diciembre en el Monza Rally Show, la nueva arma de los coreanos recupera la carrocería de tres puertas una vez solucionados los problemas de homologación. Ante la retirada de Volkswagen, el i20 Coupé está llamado a heredar el cetro; no en vano, tras el año sabático de Citroën y los diecisiete de Toyota, son quienes acumulan más experiencia junto con M-Sport.
No habrá sorpresas en lo relativo a su alineación, pues mantendrán en liza a Hayden Paddon / John Kennard, Thierry Neuville / Nicolas Gilsoul y los españoles Dani Sordo y Marc Martí, disputando todos ellos la temporada al completo. Si Ogier, Tänak y Evans tendrán asignados los tres primeros dorsales, a los pilotos dirigidos por Michel Nandan les corresponderán el 4, el 5 y el 6 en el orden citado. No hay programa confirmado para un Kevin Abbring que arrancará la campaña a bordo del R5 oficial. Asimismo, fieles a su política, no se espera la presencia del nuevo WRC en manos privadas.
Citroën Racing | C3 WRC
Muchos ya los consideran favoritos. Lo cierto es que, a estas alturas, todos conocemos la capacidad de Citroën para crear máquinas casi perfectas. Fue el caso del C-Élysée TC1 y el DS3 WRC y, anteriormente, del Xsara y el C4. Curiosidad o no, al igual que sucediera en la transición entre estos últimos, en 2016 se retiraron para desarrollar su nuevo caballo de batalla y confiaron un programa semioficial a PH Sport. Ahora, vuelven con energías renovadas y el único World Rally Car de cinco puertas, con el propósito de ser, al menos, candidatos a las victorias.
Aunque los rumores llegaron a situar en sus asientos a Neuville primero y a Ogier después, las negociaciones no alcanzaron buen puerto y, como Hyundai, contarán nuevamente con los mismos efectivos. Portando el número 7, el veterano Kris Meeke y Paul Nagle estarán al frente tras cuajar una excelente campaña que no tuvo recompensa, y a su lado, con el 8, Stéphane Lefebvre y Gabin Moreau, ya recuperados de su accidente en Alemania. Completan la nómina Craig Breen y Scott Martin, quienes deberán conformarse con uno de los antiguos DS3 hasta que su unidad esté lista -se espera para Córcega-, así como Khalid Al Qassimi (solo en citas esporádicas).
Toyota Gazoo Racing | Yaris WRC
Sin duda, uno de los regresos más esperados en el mundo del motor. La escuadra japonesa reaparece luego de casi dos décadas de ausencia y lo hace a lo grande, con uno de los coches más espectaculares visualmente y el tetracampeón Tommi Mäkinen a las riendas del proyecto. Concluido su peculiar programa de desarrollo, en el que han acumulado nada menos que 18 000 kilómetros, su único objetivo para el inicio de temporada es rodar el equipo y seguir adaptándose. Aun así, en un rally caótico como Monte-Carlo siempre hay lugar para las sorpresas.
En una especie de «dream team» enteramente finlandés, los encargados de domar el nuevo Yaris serán, a tiempo completo, Jari-Matti Latvala y un Juho Hänninen que retorna a la escena mundialista. Acompañados respectivamente de Miikka Anttila y Kaj Lindström, llevarán el #10 y el #11 en sus puertas. Además, Toyota ha incorporado a sus filas al vigente campeón del WRC 2, Esapekka Lappi, quien disputará pruebas seleccionadas cuando haya un tercer coche disponible.
Esto es lo que nos espera en cuanto a la primera división en un año que se antoja épico. Llegados a este punto, puede que os estéis preguntando por Andreas Mikkelsen; incomprensiblemente, el tercer clasificado en 2016 no ha podido asegurarse un volante oficial y se encuentra trabajando para pilotar un Volkswagen Polo WRC '17, cuyo proceso de homologación sigue adelante pese a la retirada de la marca.
Con el plazo de enero ya caducado, ponen sus miras en el siguiente, toda vez que Nasser Al-Attiyah ha pospuesto hasta 2018 sus planes para hacer correr dicho modelo. Por lo pronto, Mikkelsen estará en Monte-Carlo con un Skoda Fabia R5 oficial, si bien deberá perderse el Rally de Suecia. Nos ocuparemos de las categorías inferiores y el resto de novedades en la segunda parte de este previo.
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