Solo tres semanas atrás, el Campeonato del Mundo de Rallies inició una apasionante temporada teniendo como inmejorable escenario el emblemático Monte-Carlo, que coronó al vigente campeón Sébastien Ogier en su estreno como piloto de M-Sport. Ahora, el máximo certamen de la disciplina llega a la que será su segunda parada, otra de las citas ineludibles por su singularidad.
Se trata del Rally de Suecia, el único del calendario mundialista disputado íntegramente sobre nieve y hielo. Si bien el año pasado la ausencia del blanco elemento provocó la cancelación de gran parte del recorrido, todo apunta a que, en este caso, la meteorología no será un problema, permitiéndonos observar el rendimiento de los nuevos World Rally Cars de tercera generación en todo su esplendor. Los neumáticos, equipados con clavos para maximizar el agarre, tomarán el protagonismo en los deslizantes tramos nórdicos, flanqueados por los célebres 'snowbanks'.Una larga historia
Suecia cuenta con una dilatada trayectoria a sus espaldas, pues celebró su edición inaugural hace más de medio siglo y, desde su ingreso en el Campeonato del Mundo -ya en la primera temporada del mismo-, ha sido realmente asidua en la agenda, un privilegio del que pocos países pueden presumir. Este año cumplirá nada menos que sesenta y cinco ediciones y será la 41.ª ocasión en que puntúe para dicho certamen.
Todo comenzó en 1950, con un evento de categoría nacional bajo el exótico nombre de «Rally de Suecia al Sol de Medianoche», que se mantuvo durante las primeras quince ediciones. Resulta curioso el hecho de que, en esta etapa primitiva, tenía lugar en verano; así, la nieve aún no estaba presente y la superficie era la tradicional gravilla escandinava. Muy pronto, en 1953, pasó a formar parte del Campeonato de Europa, donde se mantendría hasta el final de la década siguiente con importantes cambios de por medio.
El primero de ellos se produjo en 1964 y afectó a la nomenclatura, al ser traducida al inglés e incluir el calificativo "internacional". Tras esta declaración de intenciones, la prueba sufrió una drástica transformación de cara al año siguiente; se desplazó al mes de marzo (en posteriores ediciones se adelantaría a febrero), dando cobijo por vez primera y definitiva a la característica nieve. Además, se modificó de nuevo el nombre, pasando a ser conocido como «Rally KAK». El siguiente cambio llegó en 1970, adoptando finalmente el nombre de «Rally de Suecia» que se ha mantenido hasta nuestros días.
Pero el aspecto más relevante era su puntuabilidad, ya que dejaba el Europeo y era incluido en el antecesor del Mundial, el Campeonato Internacional para Constructores. Tres temporadas más tarde, con la creación del verdadero WRC, se convertía en una de sus pruebas. Cabe destacar que, hasta ese momento, nunca un no-escandinavo había logrado pisar el podio; aquel año, el francés Jean-Luc Thérier finalizó tercero a lomos de su Alpine. Todo un hito.
De hecho, hasta la década de los ochenta, solo pilotos suecos habían subido a lo más alto. En el inicio de la misma, Anders Kulläng certificaba, al volante de un Opel Ascona oficial, la última victoria para un vehículo de propulsión en esta cita. Una temporada antes, llegaba la décima y última para Saab, la verdadera dominadora en cuanto a marcas -aún hoy ostenta el récord- con sus ligeros pero robustos modelos de tracción delantera. Seguidamente, 1981 deparaba dos circunstancias históricas, pues, como se deduce de lo anterior, se producía el primer triunfo de un tracción total, que no podía ser sino el revolucionario Audi Quattro.
Además, a sus mandos se encontraba el finés Hannu Mikkola, quien obtenía así la primera victoria para un piloto extranjero. La marca de los cuatro aros dictaría sentencia otras tres temporadas (momento en que, tras cinco ediciones puntuando también para el ERC, Suecia abandonaba definitivamente el certamen continental). En los dos años dorados del Grupo B, Peugeot heredaba el testigo, que recogerían Mazda y Lancia con la instauración del Grupo A.
Debemos hacer un retroceso temporal para recordar que, en 1974, la crisis del petróleo motivó la primera ausencia del evento. La segunda sería en 1990, cuando unas temperaturas inusualmente altas obligaban a cancelarlo. Eso sí, regresaría para quedarse, y es que desde entonces, los suecos han sido fieles a su cita con las únicas excepciones de 1994 -solo fue puntuable para la Copa de 2 Litros- y 2009 -no llegó a celebrarse-, en ambos casos debido al sistema de rotación de pruebas llevado a cabo por la FIA.
Los triunfos en las últimas décadas han estado ciertamente repartidos en cuanto a constructores, con éxitos para Mitsubishi, Toyota, Peugeot... y sobre todo, Ford; la marca del óvalo encabeza el ránking del apartado mundial con siete primeros puestos aquí, los seis últimos de forma consecutiva. Casi treinta años transcurrieron entre el primero (1978) y el segundo (2006). Curiosamente, coinciden con sus dos primeros títulos del Mundo. Volkswagen recogió el cetro sumando cuatro triunfos sucesivos, también acompañados de los títulos finales.
Solamente para nórdicos... y 'Sebs'
Como hemos mencionado, una de las señas de identidad de este evento es su carácter «para especialistas», ya que solo dos pilotos no-escandinavos han conseguido imponerse a lo largo de toda su historia (tres si descontamos al noruego Petter Solberg, ganador en 2005). Sébastien Ogier sentó todo un precedente imponiéndose en 2013 y las dos últimas campañas, pero fue su compatriota y tocayo, el nueve veces campeón Sébastien Loeb, quien abrió la veda a bordo del Citroën Xsara en 2004 -algo casi inconcebible hasta el momento-.
El resto del palmarés está atiborrado de nombres suecos y fineses, siendo el más laureado de todos ellos el veterano Stig Blomqvist, que debutó aquí en 1966 y participó por última vez hace solo tres temporadas. A lo largo de sus más de treinta apariciones, cosechó siete triunfos; los cinco primeros, con Saab, entre el '71 y el '79 -incluyendo la primera edición mundialista-; los dos últimos, junto a Audi, en el '82 y el '84, año en que se alzó con el título. Además, subió al podio en otras nueve ocasiones, récord al que se añade el de 'scratches'.
Su compatriota Björn Waldegård, el primer campeón del mundo de la historia (fallecido en 2014), atesora cinco victorias, las mismas que el bicampeón Marcus Grönholm. A continuación se encuentran Kenneth Eriksson, Jari-Matti Latvala, Tommi Mäkinen y Ogier, todos ellos con tres. Una menos poseen, entre otros, Mikko Hirvonen o Hannu Mikkola, mientras que Juha Kankkunen, Ari Vatanen, Timo Salonen, Markku Alén, Loeb o Solberg cuentan con un solo pero importante triunfo.
Son dignas de reseñar las grandes actuaciones protagonizadas aquí por Carlos Sainz y Luis Moya, y es que la dupla española fue una de las primeras en poder inquietar el dominio de los equipos locales. Entre 1996 y 1999 se anotaron cuatro podios de forma sucesiva, repitiendo la gesta en 2001 y 2002. Solo una avería en la edición del nuevo milenio les impidió encadenar siete apariciones en el cajón. Ahora, veremos qué depara la segunda cita del Mundial, posición que, por cierto, ha ocupado tradicionalmente.
Solo en 1989, 1996, 2010 y 2011 fue la encargada de abrir el fuego, en los tres últimos casos, debido a la ausencia de Monte-Carlo en el campeonato. Por los veloces tramos suecos, serpenteando entre árboles y bancos de nieve, Dani Sordo buscará desquitarse de su agridulce inicio allí, pero la competencia se antoja dura. Sus propios compañeros de equipo, así como los rápidos pilotos de M-Sport y Toyota, serán sin duda candidatos a ocupar los puestos de honor. En nuestro inminente previo de la prueba tendréis disponibles todos los detalles en cuanto a participantes y recorrido.
Mientras, para calentar motores, os dejamos el vídeo-resumen que ha preparado el WRC sobre la historia de este singular Rally de Suecia:
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