La categoría WRC2 partía a principios del Mundial de Rallies de 2013 como una fusión entre las antiguas categorías SWRC (S2000) y PWRC (Producción), a los que se sumaban los modelos RRC en lo que se convertía sin duda en la categoría con más alternativas y más candidatos a la victoria, sobre todo con la llegada de los nuevos R5 a mediados de año. Sin embargo, con el que nadie contaba era con que Robert Kubica, que en un primer momento tenía sus ojos puestos en el ERC pudiera dar tal recital a los mandos de un Citroën DS3 RRC gestionado directamente por la marca francesa bajo el patrocinio de Lotos.
De hecho, su llegada a WRC2 era bastante tardía puesto que tras estar ausente en Mónaco, Suecia y México, la primera para Robert Kubica era en el Rally de Polonia, donde no llegaba con demasiada confianza después de mostrarse muy rápido en pruebas del ERC como en las Islas Canarias, pero acabando todas ellas con problemas y sin poder ganar como aspiraba por ritmo. Además, empezaba la competición en una prueba de tierra, donde la experiencia del ex piloto de Renault era limitada y eso se traducía en una primera prueba cita con algunos sustos en el que sumaba únicamente ocho puntos al terminar en sexta posición.
Rompió la categoría
Sin embargo, como si de un efecto balsámico se tratase, tras los problemas en el ERC y su participación en Portugal algo cambió en Robert Kubica y empezó lo que se puede considerar una tiranía a pesar de que la tierra en teoría se le podía atragantar. Ganó dentro del WRC2 en el Acrópolis Rally de Grecia e hizo lo propio en el Rally de Italia, dos de las pruebas más duras del campeonato. De hecho, ante los fallos de los pilotos con coches de especificación World Rally Car sumó sus primeros puntos oficiales en el WRC en Cerdeña gracias a su novena posición en la clasificación general.
En Finlandia con llegada de los Ford Fiesta R5 sólo pudo consumar una segunda posición por detrás de un Jari Ketomaa que competía ante su público y que se mostró intratable, aunque posiblemente el Rally de los 1000 Lagos supuso el mayor golpe en la remontada que Robert Kubica ha consumado a lo largo de todo el año sobre Abdulaziz Al-Kuwari, que era líder destacado con un programa dispar al del polaco que comenzó en México y que se traducía en que nada más terminar la cita Argentina el piloto catarí tenía una ventaja de 52 puntos.
La remontada final llegaba sobre el asfalto con las victorias sumadas en el Rally de Alemania y en el Rally de Catalunya. Sobre su superficie preferida, Robert Kubica a los mandos del Citroën DS3 RRC ha dado un recital y nadie ha podido frenarlo. Teniendo en cuenta que sólo siete pruebas puntúan en WRC2 para cada piloto, Robert Kubica ha cerrado su título con un total de 151 puntos, con cinco victorias en su categoría de las siete pruebas que ha disputado, sin sufrir ni un solo abandono y con 18 puntos en el casillero general dentro de la categoría reina para estar duodécimo en la general del Mundial de Rallies 2013 a falta de la última prueba.
Ahora parece que el futuro de Robert Kubica pasa por un 2014 en el que podría contar con un Ford Fiesta RS WRC si ficha por M-Sport con un programa completo en la categoría reina del Mundial de Rallies o con un Citroën DS3 WRC, donde la marca francesa le había ofrecido un programa parcial pero que se puede convertir en un programa total como piloto oficial. Sin embargo, Robert Kubica es uno de los dulces del mercado de fichajes e incluso ha sido tentado por Hyundai Motorsport. De momento, eso queda lejos y es el momento de felicitar a Robert Kubica y celebrar la gran temporada que ha consumado para convertirse en el Campeón del WRC2.
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