Sin embargo, no ha sido lo único que ha hecho en los últimos meses. Su proyecto en Le Mans no ha funcionado por falta de apoyos económicos pero lo cierto es que el astro francés tampoco ha tenido tiempo a aburrirse con los test llevados a cabo con el Mclaren MP4-12C GT3 con que su equipo participará en el campeonato FIA GT y las Blacpain Series. A pesar de todo esto, lo cierto es que el piloto francés todavía tiene tiempo de más e incluso le hemos visto surcar el piloto de Paul Ricard en un test junto a Louis Rossi con una Moto2.
Sebastien Loeb ha confirmado que correrá la edición 2013 de la subida a Pikes Peak, evento por antonomasia de esta especialidad en Estados Unidos. Para tal fin, utilizará un Peugeot 208 prototipo que la marca hermana de Citroën está desarrollando en sus instalaciones en Velizy, donde comparte techo con el 208 R5 sin ir más lejos. Volviendo a lo que nos atañe, parece ser que la marca quiere resurgir el espíritu de Ari Vatanen y su Peugeot 405 Turbo 16, ya que 25 años después llega esta participación de otro astro de los rallies con un coche de la marca.
El objetivo
La "carrera hacia el cielo" es la segunda prueba más antigua del automovilismo nacional americano tras las 500 Millas de Indianápolis. La subida a este particular monte cuenta con un total de 156 curvas, 19,98 kilómetros y termina a una altitud de 4300 metros. Aunque ha perdido la magia de antaño cuando el trazado de tierra vio la gesta de Ari Vatanen al superar el récord de Audi y sus 10:47.22, las cosas han cambiado y por seguridad la prueba se disputa ahora sobre un asfalto que tiene entre sus poros el récord de Rhys Millen, con un registro de 9:46.164.
Precisamente un año después de terminar este asfaltado, Sebastien Loeb disputará la subida a Pikes Peak con el objetivo de intentar superar este registro o al menos para intentar conseguir una victoria más que de momento no está en su dilatado palmarés.
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