El éxito que buscaba Sebastien Ogier con su salida de Citroën Racing a fainles de 2011 ha llegado. Después de un año lejos de los focos y de la lucha por la victoria en la que tuvo que acumular kilómetros y templanza a los mandos de un Skoda Fabia S2000, su primera temporada con el WRC de Volkswagen Motorsport ha sido una demostración de que el piloto francés natural del departamento de Hautes-Alpes ha venido para quedarse, después de consumar hasta seis victorias en su primera temporada junto a la marca alemana, o lo que es lo mismo, una menos de las que cosechó con Citroën.
Como decimos, la temporada de Sebastien Ogier ha sido casi impoluta. Comenzó el año en el Rally de Monte-Carlo con un segundo puesto por detrás de su gran rival Sebastien Loeb, al que hoy ha sucedido en el trono. Posteriomente, el piloto francés encadenó tres victorias sobre la nieve Suecia y en los tramos de tierra de México y Portugal. Segundo en Argentina, y con el triunfo bajo el brazo en Italia, Finlandia y recientemente en Australia, los dos puntos negros de su temporada fueron el décimo puesto cosechado en el Acrópolis Rally y su abandono en el Rally de Alemania, que tras reengancharse a la prueba le condenó a terminar decimoséptimo.
Primer ganador un jueves
Sebastien Ogier además de hacer historia al ser el primer piloto en conseguir el título del WRC tras la era Loeb, también lo ha hecho por otro motivo muy distinto al ser el primer piloto capaz de ganar el título de pilotos del Mundial de Rallies en una jornada de jueves. Este hecho está motivado por las condiciones peculiares en las que se llegaba al Rally de Francia que se está disputando esta misma semana.
Hay que recordar que Sebastien Ogier llegaba con la necesidad de sumar un punto para conseguir el título del WRC después de perder la opción matemática de ganarlo en Australia en el último segundo. Sin embargo, ganar el título hoy jueves no dependía de su persona sino de la del piloto belga Thierry Neuville, único piloto capaz de poder aplazar la celebración. Aunque Sebastien Ogier podría haberse proclamado campeón del WRC con el simple hecho de sumar alguno de los puntos extra repartidos en el Power Stage del Rally de Francia celebrado en las calles de Estrasburgo, el reglamento deportivo obliga al participante a llegar a la meta de la prueba completa para sumar estos puntos extra.
De esta forma, la única opción pasaba porque Thierry Neuville no consumase el scratch en este Power Stage, lo que le impediría sumar los tres puntos extra de este SS1 y por ende, aunque llegase a meta, sumar los puntos necesarios para arrebatar el título a Sebastien Ogier. Como el piloto belga ha terminado segundo por detrás de Dani Sordo, sumando dos puntos pero quedando tres menos en juego, lo que equivale a que Sebastien Ogier hubiese sumado ese punto restante al quedar tres unidades menos en juego. Por ello, Sebastien Ogier afrontará el resto del Rally de Francia sin presión alguna, después de conseguir su primera corona en un marco inmejorable como es las calles de Estrasburgo, frente al Parlamento Europeo.
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