El ejemplo más claro es Martin Prokop. El piloto checo ha sido el ejemplo claro de piloto privado que ha competido a tiempo completo en el WRC con un Fiesta RS WRC -salvo Australia- y lo ha hecho con presupuesto privado, con el apoyo de su país y en una estructura independiente que ha bautizado como Jipocar Czech National Team. Sin embargo, la cadena siempre tiene un eslabón débil y ante la falta de preocupación de la FIA y del promotor del campeonato por los pilotos privados, esta aventura puede estar cerca de terminar.
Ambas partes no están interesados en crear una categoría de pilotos privados, una forma de que estos proyectos tuvieran más visibilidad. Ante eso, las piezas no encajan y por ejemplo Martin Prokop podría acabar en la categoría WRC2, cansado de no tener atención mediática. Al menos en la segunda categoría mundialista, peleas por un título de Campeón del Mundo. De hecho, esta situación no hace más que unirse a las dudas del programa deportivo de Henning Solberg, que busca apoyos económicos para disputar tantos rallies como pueda con un World Rally Car.
Mismas razones
Esta situación de Martin Prokop es extensible también a los pilotos que ya están en la categoría WRC2. Yuriy Protasov se verá condenado a seguir otra temporada en esta categoría si finalmente el proyecto junto a PH-Sport no termina de concretarse, mientras que Lorenzo Bertelli que también buscaba poder competir con un World Rally Car junto a Giovanni Bernacchini, aunque como es lógico el presupuesto puede echar al traste esta opción. Entonces, el italiano repetirá con el Fiesta R5 o con el Fiesta RRC para intentar ganar la categoría WRC2.
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