Y es que los rallies se han convertido en clones unos de otros, por orden del promotor del WRC. Los promotores locales no tienen libertad y aunque unas pruebas son sobre tierra, otras sobre nieve y algunas sobre asfalto, con distintas condiciones externas, al final cada prueba son tres jornadas, con dos bucles cada una de tres o cuatro tramos y una jornada final que termina a las 12:08h en el horario local para emitir el Power Stage en todo el mundo, cosas de la televisión. Por ello, ver un Tour de Corse alternativo es tan utópico como romper con ese orden establecido.
Voces en contra
Los primeros en ponerse en contra han sido los propios fabricantes. Volkswagen y M-Sport ya han manifestado su disconformidad con un rally formado por cuatro especiales de 70 kilómetros y un Power Stage con 20 kilómetros, clavando así el rutómetro exigido por el promotor del WRC. A estas voces discordantes se han sumado la de los distintos constructores de neumáticos. Michelin, Pirelli o DMACK no parecen estar muy de acuerdo con tramos de 70 kilómetros, quizá porque se puedan ver las vergüenzas de sus neumáticos una vez exigidos durante largos periodos de tiempo.
Además de las exigencias por parte del Mundial de Rallies, parece que finalmente el Tour de Corse también formará parte del calendario del Campeonato de Rallies de Francia, por lo que un formato así tampoco sería posible por las características del Nacional de Asfalto del país vecino. En definitiva, lo más lógico es que una vez anunciado los tramos y la ruta elegida por el promotor del Tour de Corse, tengamos otro rally más de formato estándar.
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