El mundo de las competiciones de Turismos representa un atractivo escaparate para los fabricantes de automóviles, que ven como lo que compite en pista se parece a aquello que venden en los concesionarios.
En la actualidad, hay una gran variedad de reglamentaciones que, a nivel mundial, se polarizan en dos conceptos bien diferenciados: el Mundial de Turismos (WTCC) y las TCR Series.
En el WTCC, los coches deben estar desarrollados por una marca o, en su defecto, con el apoyo oficial de la misma para cuestiones de homologación. Son coches marcadamente de competición, con aerodinámica revisada, gran potencia y altas prestaciones.
Por otro lado, en las TCR, se busca que una marca desarrolle un coche de competición, y que luego sean los equipos independientes los que gestionen ese coche, sin ningún apoyo oficial por parte del fabricante, abaratando costes y volviendo al concepto introducido en su día por el SEAT León Copa, que tanto juego ha dado en las pistas de todo el mundo.
Concepto de FIAT
En el reciente salón de Guangzhou, Fiat presentó un concepto basado en el Bravo, que recuerda en aerodinámica a lo que se está viendo ahora tanto con los TC1 del WTCC, como en las TCR Series.
Hasta la fecha, nada ha sido dicho por parte de la marca en un sentido u otro, pero las imágenes han levantado ya la imaginación de propios y extraños.
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